Astrología una manera distinta de percibir la realidad
El Dr. José Castro nació en 1890 en Pontevedra, emigró América y estudió en la American School of Naturopaty, pasó por la Academia de Medicina Natural de San Paolo y fué fundador de la revista Vivir y de la Escuela Libre Naturista de Montevideo en 1920, que luego se trasladó a Barcelona en 1926 con el nombre de Escuela Naturotrófica. Es fundador de la Biblioteca de Caliobiótica y Macrobiótica.
Cuando el Dr. Castro, en los años 50 y 60, venía a Alicante para recibir consultas o impartir enseñanzas, siempre residía en casa de mis abuelos. Allí recibía consultas, comía y dormía periódicamente. Esa casa era su fonda y su consulta durante sus estancias en la ciudad.
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El recuerdo personal que tengo del Dr. Castro procede de cuando era un niño de no más de ocho o nueve años. Recuerdo los enormes tazones de leche con sopas de pan integral, grandes cucharadas de miel y algunos frutos secos con pasas y dátiles que mi abuela le servía por la mañana a D. José.
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Mis ojos de niño miraban con cierta envidia a aquel hombre de aspecto pletórico y saludable con la cara sonrosada, frente despejada, pelo cano, bigote muy bien arreglado y talante sanguíneo, se parecía bastante a mi padre. Sin embargo para mí, en aquel tiempo, D. José era un devorador de tazones de leche con miel, un oso grande y glotón que desayunaba a cuerpo de rey.
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Mi abuela aprendió a combinar alimentos pero conservando, en la medida en la que fué posible las antiguas tradiciones. Recuerdo que cuando cocinaba lentejas incluía unos buenos trozos de chorizo que luego apartaba para que mi tío, su hijo, que era vegetariano integral, no los viera.
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Su extraña y sabia actitud concuerda con la exposición que realizó un conocido dietólogo en un Congreso en Benidorm a principio de los 80, era la máxima autoridad en alimentación naturista y dijo que de vez en cuando convenía comer o guisar las comidas con un poco de chorizo, pues al tratarse de uno de los alimentos más tóxicos nos proveen de las defensas convenientes en caso de necesidad.
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Mi abuela, en el tema que tratamos, fue sin duda muy sabia, murió cumplidos los 100 años sin haber visitado jamás a un médico, ni haber padecido enfermedad alguna, murió sin estar enferma, se dejó morir, cesó de comer y una noche no se despertó.
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Sin mi abuela, probablemente nunca hubiera conocido tan de cerca el trabajo del Dr Castro quién también murió, cumplidos los 90 años, con un estado de salud absolutamente envidiable. -Se enredó los pies con la correa del perrito que sacaba a pasear por las calles de Torrent, cayó al suelo, se abrió la cabeza con el bordillo de la acera y allí mismo se murió.
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El Dr Castro y mi abuela, junto a mi tío Vicentín, quién se suicidó en perfecto estado de salud, son las personas que más me han inspirado este trabajo, pues son personas disfrutaron de un excelente estado de salud en todo momento de su vida. Y una de las claves fue sin duda la alimentación, la buena combinación de los alimentos. Ellos aplicaban en su vida la Calobiótica, es decir, la ciencia que estudia los medios de vivir bien, sin enfermedades ni achaques hasta la muerte.
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La Calobiótica
El lema del Dr. Castro era vivir más y mejor a través de la alimentación adecuada, para ello organizó una tabla de compatibilidades alimenticias de extraordinaria utilidad que sirven para aprender a combinar los alimentos y extraer de ellos sus máximos beneficios para la salud.
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El Dr. Castro también prestaba atención a los elementos astrológicos relacionando a la Luna con los procesos digestivos, afirmaba que cuando hay Luna nueva, los procesos digestivos se favorecen, mientras que durante los periodos de Luna llena, el proceso de digestión resulta más difícil.
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A lo largo de su dilatada obra escrita el Dr. Castro muestra su interés y percepción de la influencia de los flujos celestes en la vida humana. Y cita este influjo en numerosas ocasiones. En la tercera parte del libro "Regeneración humana y niños sanos" cuando habla de la definición de la personalidad heredada o adquirida otorga una importancia especial al momento de la concepción, tal como hacían los antiguos astrólogos de oriente y explica la diferencia entre los hijos engendrados con Luna por la noche o con sol por el día.
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Para Castro la esencia de toda naturaleza es electrodinámica y electroestática como principios masculino y femenino. En su último trabajo de la Biblioteca Calobiotica Y Macrobiótica, editado en 1976, titulado "Electrobiológica estática dinámica" dice que todas las funciones fisiológicas son esencialmente dinámicas, bioeléctricas, es decir, masculinas.
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Desde la simple respiración hasta el mayor esfuerzo muscular y habla de electrodinámica biológica. Las distintas funciones orgánicas, desde la simple digestión al más leve movimiento muscular, desde los primeros momentos de la vida intrauterina y una de las mayores descargas electrobiológicas se efectúa en el "chispazo genético" de la concepción. Esta es una de la más vivas experiencias electrobiológicas junto con el nacimiento. La electrobiología estática es la otra fuerza complementaria, el principio femenino, la fuerza creadora de cuanto existe.
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Castro decía que quién más energía biodinámica tiene, quién más electricidad contiene, es más enérgico, más inteligente, más dinámico y más manifiesto.
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Además los estados psicológicos actúan directamente sobre el equilibrio de estas biofuerzas. Así por ejemplo los disgustos, ya sean leves o de poca monta, mucho más frecuente en las personas sensibles como son la mujeres, restan energía bioeléctrica y son el origen de muchas alteraciones de la salud, al igual que las penas, que son primas hermanas de los disgustos, con la diferencia que los disgustos irritan o enfadan, mientras que las penas sumen en la depresión, descargando al organismo de la necesaria electricidad biodinámica.
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El odio es otro de los factores desequilibradores de éstas energía sutiles, pues dejan al organismo sin la energía necesaria para cumplir sus procesos biológicos.
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En ese último libro escrito en 1976, cuando Castro tenía 86 años, titulado "Electrobiológica estática y dinámica", habla también de la dinámica sideral, dice que es el elemento único dinámico y propulsor de cuanto se mueve en el mundo. Desde lo macro a lo micro, todo está sometido a la dinamización electromagnética. Esta energía todo lo mueve, todo lo estimula, todo lo empuja. Nada se efectúa en la naturaleza que no intervenga esta energía, pero al mismo tiempo no crea nada, nada puede crear. Quién tiene los poderes de crear es su polo opuesto, la electricidad estática o magnetismo, que es la parte electromagnética creadora, formalizadora, controladora y normalizadora.
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El Dr Castro dejó un trabajo titulado "Como se forman y se reflejan las enfermedades psicosomáticas originadas por los disgustos" Es un libro "decicado a los millones de seres humanos que cada día tiene que sufrir de uno los tormentos de una patología psíquica...."
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En la primera prate de este libro habla de las enfermedades psicosomáticas originadas por los disgustos y explica como cada disgusto hace un recorrido patológico por el cuerpo humano.
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Dice que los disgustos se forman en la mente y que por eso actúan en primer lugar sobre el cerebro. Cada uno elabora cada disgusto de una manera particular, cada uno lo "piensa" a su modo y manera, con arreglo a una serie de factores mentales o emocionales que lo agrandan o lo disminuyen, que lo complican a lo simplifican. Cada persona elabora mentalmente el disgusto de una manera u otra. Con el material del disgusto cada persona forma mentalmente un disgusto ajustado a su mentalidad.
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El disgusto puede simple o complicado, agudo, pasajero, crónico o vitalicio, se ajusta a la mentalidad del fabricante del disgusto.
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Castro afirmaba que el primer desequilibrio patológico es electrónico: o falta energía biodinámica o sobra, o falta energía bioestática o sobra.
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El segundo desequilibrio patológico es químico; a faltan alcalís o sobran, o faltan ácidos o sobran.
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El tercer desequilibrio patológico es endocrino, hormonal: puede haber hiper o hipo.
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El cuarto desequilibrio patológico se manifiesta en la función de los órganos, en el que se incluyen los estados morbosos o tóxicos.
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Para el Dr. Castro la medicina oficial está dedicada, generalmente, a tratar la última forma de desequilibrio, por eso los enfermos crónicos no se curan ni pueden curarse si no es a través de normalizar las funciones orgánicas, equilibrando los mecanismos electrónicos. Para lo que propone un tipo de alimentación específico y masajes eléctricos como terapia, dejándonos una puerta abierta, una alternativa nueva que permite conocer el valor de los alimentos y el equilibrio de sus combinaciones para mantener un estado salud hasta la vejez, dejándonos como ejemplo su propia existencia, su larga vida llena de salud y vitalidad, hasta su fatal accidente.
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Para nosotros los astrólogos, igualmente, los estados morbosos o las enfermedades crónicas o los traumatismos deben ser tratados por los médicos, las alteraciones hormonales por los endocrinólogos, pero en los otros dos estadios de la salud si podemos intervenir los astrólogos, en el plano más básico y físico a través de los consejos sobre los desequilibrios en la alimentación, en el plano anímico o psicológico a con el apoyo de las flores de Bach y en el plano puramente astrológico a través de las gemas y la práctica de las relocaciones.
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