Astrología una manera distinta de percibir la realidad
Entre la órbita del planeta Urano y la órbita del planeta Plutón, orbita el planeta Neptuno que es como una bola que va rodando por un pasillo que se forma entre la órbita de Urano y la de Plutón, un callejón circular del cuál no se puede salir Neptuno. Urano y Plutón marcan los límites de Neptuno en el plano real y también en el simbólico tal como vamos a ver que se refleja en sus ciclos.
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Neptuno se relaciona con las energías sucias procedentes del petróleo, mientras que Urano y Plutón representan las energías limpias y ecológicas que compiten claramente con las energías procedentes del carbón o del petróleo.
El resultado real del consumo de energías de Neptuno, energías sucias, trae como consecuencia suciedad y contaminación y su efecto final se deja notar en modo contaminación de la tierra, las aguas de los mares y el aire que respiramos, provocando el conocido efecto invernadero que de un modo objetivo está aumentando la temperatura de la superficie del planeta, cuyo alcance se percibe en la pérdida de los hielos polares y los trastornos meteorológicos que van en aumento en este siglo XXI, las grandes lluvias torrenciales destructivas y huracanes, y al mismo tiempo dolorosas sequías que dejan a millones de personas en la hambruna y al mundo con cientos de millones personas deambulando, buscando un lugar donde sobrevivir.
A muchas personas no les gustará que lo diga, pero alguien tiene que decirlo, Neptuno ejerce su influencia sobre nosotros a través de los mares, del petróleo, de las religiones, del comunismo y de las enfermedades contagiosas y de todo tipo, todo esto está en el mismo cajón de sastre del planeta Neptuno, son sus ramificaciones en este mundo. No hay nada en el mundo que haya generado tanta confusión y tanta migración como la influencia de Neptuno, bien sea por causas naturales, por epidemias, asuntos religiosos o países donde se intenta implantar el comunismo como está ocurriendo en Venezuela, donde petróleo y comunismo comparten poder.
Ay don Tito se olvida de que Neptuno es la espiritualidad que nos acerca a Dios. - Naranjas de la china, Neptuno nos lleva a acordarnos de Dios cuando nos ponemos enfermos o se enferma alguien muy cercano y querido, entonces de acuerdas de Dios. O cuando perteneces a una secta religiosa y al estar en grupo siempre hay quien tratará de acercarte al “dios verdadero” allí todos juntos cantando o rezando a una imagen o figura que representa al “dios verdadero” del grupo de personas que rezan o cantan en ese lugar. En unos lugares tienen a un señor gordito sentado con cara de felicidad y en otros tienen como centro de su “dios verdadero” a un pobre chico clavado en una cruz, con una corona de espinas y una herida en el costado y cara de mucho sufrimiento y dolor. Tú fíjate como son las cosas de Neptuno, como el humo que sale por cualquier sitio. Y todos los humos, los inciensos religiosos, los humos del tabaco que provocan cáncer y los humos que ensucian el aire y que está provocando el cambio climático son hijos de Neptuno.
Oiga don Tito pero yo pensaba que los planetas eran dioses. –Pero qué dioses, ni que dioses, en todo caso demonios. –No hay Dios sino en Dios. Y Neptuno junto con los demás planetas son demonios, dejémonos de pamplinas, estamos bajo el influjo de los demonios y el de Neptuno es bien jodido, aunque haya sectas muy monas con trajecitos de colores y musiquitas de campanitas, son demonios y punto.
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Urano y Plutón son dos demonios que controlan al demonio de Neptuno, de eso se trata este trabajo, que no está escrito para las mentes científicas, porque supongo que a estas alturas ya me habrían dejado de leer.
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El día 2 de julio de 1966, recién estrenaba mi flamante carnet de conducir, hubo en el cielo la última conjunción de Urano con Plutón, la siguiente ocurrirá el 4 de mayo del año 2014, creándose un circuito de tiempo de 138 años, un viaje en el que todos los puntos del cielo que se forma el día de la conjunción, se mueven a una velocidad de un grado cada 140 días, un reloj perfecto que sirve para que haya un orden en el mundo sublunar.
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El ciclo de Urano con Plutón viene a poner coto a los desmanes de Neptuno del modo más increíble para el humano educado según les ha convenido a sus educadores. Neptuno deja notar su influencia a través de las enfermedades contagiosas e infecciosas, Plutón son los hongos y la penicilina que sana de ese tipo de enfermedades. Neptuno fluye a través de los desordenes inconscientes que afloran a la conciencia sin haber sido invitados y provocan todo tipo de alteraciones psicológicas y mentales, Urano actúa como el sanador psicoanalista que pone en orden el espantoso estado metal de quién ha sido neptunizado, bien por el consumo de alguna sustancia, o a causa de un “salvador de almas” que le ha comido la cabeza y le ha metido creencias estúpidas que le impiden encontrase a sí mismo en su completitud y por eso anda en ese caótico esto mental.
A Neptuno lo controla Urano y Plutón y las Cumbres del Clima son el resultado de esa influencia, la fuerza que se ejerce para controlar la suciedad propia de Neptuno.
El primer atacir importante que se refleja en la carta del cielo del ciclo de Urano con Plutón, en esta ocasión calculada para Estocolmo, lugar donde se celebró la Primera Cumbre de la Tierra en el mes de junio de 1972, el atacir de Marte, cuya función es poner las cosas en marcha, iniciar, llegó al mimo grado y casi minuto del Sol, que en Estocolmo, donde el Sol ocupa la cúspide de la Casa XI, la Casa del Eudemon, para quien entienda, y para quién no, la “Casa del demonio bueno”. En ese encuentro se inició la “guerra contra el cambio climático”.
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Desde entonces hasta 2018 ha habido otras Cumbres semejantes en Rio en 1992, Kioto en 1997, Johannesburgo en 2002, Bali 2007 y Paris 2015, todas ellas con la sana intención de poner coto a la contaminación ambiental y frenar el cambio climático, de momento sin gran éxito; los hielos polares se están derritiendo cada vez a mayor velocidad, el tiempo de calor aumenta en días y en temperatura, los periodos de sequías seguidos de lluvias torrenciales y dañinas están en aumento y los desequilibrio hidrológicos cada vez son más acentuados.
En el mes de noviembre de 2018 se celebra la Cumbre del Clima en la ciudad polaca de Katowice, al calcular la carta del cielo del ciclo de Urano con Plutón, la conjunción ocurre en el mismo grado del Ascendente en esa ciudad, algo que, prácticamente no puede ocurrir en ningún otro lugar del mundo, lo que significa que o bien esto es un casualidad muy grande, o que existe un orden que unos mamíferos primates inteligentes más o menos desarrollados, no somos capaces de comprender.
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Sea lo que fuere, y aunque no lo entendamos, en noviembre habrá una Cumbre de la Tierra trascendental, de máxima importancia en este ciclo regulador y controlador de los desmanes de Neptuno y sus combustibles sucios. En esa reunión se ha de llegar a acuerdos importantes, proyectos de futuro que limiten de forma severa el uso de combustibles derivados del petróleo y se incremente el consumo de energías limpias, planes de regeneración ambiental para los próximos años. Esta conferencia puede significar el principio del fin de las energías sucias de Neptuno. De las enfermedades, las religiones, el comunismo y las suciedades, ya hablaremos otro día.
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