Astrología una manera distinta de percibir la realidad
Los observatorios astronómicos antiguos están ubicados en los mejores lugares para observar el cielo estrellado, y tanto en América como en el resto del mundo, estos observatorios celestes tenían una función religiosa.
Uno de los santuarios de altura más conocido de la vieja Europa es el castillo templo de Montsegur, un centro telúrico de primera magnitud, un lugar central desde donde irradia un tipo especial de energía, un templo mágico, una fortaleza espiritual en el mundo material que a su vez es un reloj calendario de piedra.
Montsegur es un ejemplo de santuario de altura situado sobre un enorme pog de roca calcárea en medio del paisaje prepirenáico, destacando entre las cumbres doradas de pirita que dan nombre a los Pirineos.
Pero es en América del sur donde este tipo de construcciones tienen su máximo exponente y en Argentina se sabe de la existencia de 76 sitios arqueológicos de altura según datos aportados por el Centro de Investigaciones Arqueológicas de Alta Montaña de San Juan y el Centro para la Conservación del Patrimonio de Alta Montaña de Salta.
La pregunta más inmediata es ¿para qué servían estas construcciones de altura? Por lo que he leído en los textos de autores modernos, no se aclaran mucho y llegan a decir cosas absurdas como que eran sitios para hacer fuego y señales de humo, por que han hallado restos de carbón vegetal en esos lugares.
Lo más cercano a la realidad es lo que nos cuenta Sahagun de las costumbres de los indios americanos a principios del siglo XVI
Al igual que ocurre en las culturas indoeuropeas, estas gentes tenían asociada la astronomía a la religión. Los dioses están en el cielo y reciben culto aquí en la tierra. El culto a estos dioses es lo más sorprendente del todo, pues está íntimamente relacionado con los horribles sacrificios humanos que practicaban estas gentes en su culto religioso.
Ya sabemos, y además está documentado, que los pueblos de América practicaban un tipo de astronomía religiosa muy semejante, parecido a la relación entre griegos y romanos. Para estas gentes los dioses más importantes están asociados a los cuerpos celestes, incluso hay constelaciones completas a las que prestaban especial atención.
Dice Sahagún que: "En las calendas del primer mes del año, que comienza el 2 de febrero, los indígenas, hacían una gran fiesta en honor a los dioses del agua o de la lluvia, que se llamaban Tlaloque; para esta fiesta buscaban muchos niños de teta, se los compraban a las madres; escogían a aquellos que tenían dos remolinos en la cabeza y que hubiesen nacido en buen signo; decían que estos eran más agradables a los dioses, para que diesen agua en su tiempo. A estos niños los llevaban a matar a los montes altos, donde ellos tenían voto de ofrecer; les sacaban los corazones en aquellos montes................Gran cantidad de niños mataban cada año en estos lugares y después de muertos los cocían y los comían."
En principio y basándome en este ritual, me da la impresión de que los lugares altos, quizás por estar mas cerca de las nubes, se destinaban a los rituales de sacrificio en honor de los dioses de agua.
Llevaban a los niños a matar subiendo a los lugares altos en una especie de romería, los llevaban en andas, los adornaban con plumas, flores, piedras preciosas y les ponían alas de papel para que parecieran angelitos, les pintaban la cara colorada con un circulo blanco en las mejillas, les tocaban músicas de flautas y trompetas. Por donde pasaba la comitiva, toda la gente lloraba............
Si alguno de los ministros del templo o los viejos, se volvían a sus casas, porque no podían subir a lo alto y no llegaban a donde habían de matar a los niños, los consideraban indignos para cualquier oficio público y los dejaban o en paro o en jubilación forzosa.
Al parecer los sacrificios humanos se practicaban mensualmente. Sahagún habla de otra diosa; la diosa Chicome coatl, comparable a la diosa Ceres; la diosa llamada la madre de los dioses, corazón de Tiacapan la tierra y nuestra abuela, la diosa de las plantas y de las medicinas y de los cirujanos y los sangradores, las parteras y de todo tipo de adivinos. Esta es la diosa que mayores atributos tiene y la llamaban Tetlacuicuiliaue. Todos los años tenia su fiesta particular y los que le ofrendaban compraban una mujer joven, la componían con todos los ornamentos propios de la diosa y durante la celebración le regalaban mucho y la halagaban, para que no se entristeciera ni llorase y le daban de comer delicadamente y le rogaban que comiese como gran señora y durante los días de la fiesta hacían delante de ella alardes guerreros y se peleaban delante de ella para darle placer y regocijo. Llegada la hora, cuando tenía que morir, después de matarla con otros dos que le acompañaban, la desollaban y un hombre o satrapa se vestía con su pellejo y la llevaba vestida por todo el pueblo y hacia de esta manera muchas vanidades, tal como dice Sahagún, aunque a mi me cuesta imaginar que tipo de barbaridades puede hacer un hombre cubierto con la piel de una mujer recién desollada paseándose por la fiesta del pueblo.
Costumbres de esos lares............
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Tito Macia
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